“La pintura es tan genial y compleja como la teoría de la relatividad de Einstein”

El bello joven narciso se ahoga en su propia egolatría, dando fruto al concepto acoplado a la ya tan analizada monna lisa, diversos recovecos han de fusionarse a la teoría que plantea el amor del ser humano por si mismo, la superioridad del yo es esencial y como punto de discusión posee aristas complejas, aceptando la supervivencia como primordial, cada cual procura saciar necesidades de pertenencia buscando en su seudo amado su otro yo, combinando belleza ajustada a cánones, equilibrio y proporción, ideas claves que calzan con la propia imagen, buscando la autoaceptación y un autocumplimiento de alto nivel.

Argumento de ello es mencionar la teoría de la monna lisa, como una de mis mayores aficiones y seducidas discusiones, planteando aquella, la calcada imagen del autor en el folio, dueño de pinceladas sutiles que no hicieron mas que calcar su propia fisiología facial encontrando la respuesta a una de las más recientes teorías expuestas por científicos que relatan los constantes cambios de expresión en su rostro, pues claro quien no vea una figura difusa y vaga será únicamente aquel eterno enamorado narcisista.